Santos del 10 de abril
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San Ezequiel
Profeta del Antiguo Testamento, que combatió la idolatría y la corrupción del exilio del pueblo de Israel.
- San Apolonio de Alejandría
- San Beda el Joven
- San Fulberto
- San Macario de Gante
- Santa Magdalena de Canossa
- San Miguel de los Santos
- San Paladio de Auxerre
- Beato Antonio Neyrot
- Beato Bonifacio Zukowski
- Beato Marcos de Bolonia Fantuzzi
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Vida de San Ezequiel
Ezequiel, hijo de Buzí, de linaje sacerdotal, fue llevado cautivo a Babilonia junto con el rey Jeconías de Judá (597 a. C.) e internado en Tel-Abib a orillas del río Cobar. Cinco años después, a los treinta de su edad (cf. 1, 1), Dios lo llamó al cargo de profeta, que ejerció entre los desterrados durante 22 años, es decir, hasta el año 570 a. C.
A pesar de las calamidades del destierro, los cautivos no dejaban de abrigar falsas esperanzas, creyendo que el cautiverio terminaría pronto y que Dios no permitiría la destrucción de su Templo y de la Ciudad Santa (véase Jer. 7, 4 y nota). Había, además, falsos profetas que engañaban al pueblo prometiéndole en un futuro cercano el retorno al país de sus padres. Tanto mayor fue el desengaño de los infelices cuando llegó la noticia de la caída de Jerusalén. No pocos perdieron la fe y se entregaron a la desesperación.
La misión del Profeta Ezequiel consistió principalmente en combatir la idolatría, la corrupción por las malas costumbres, y las ideas erróneas acerca del pronto regreso a Jerusalén. Para consolarlos pinta el Profeta, con los más vivos y bellos colores, las esperanzas de la salud mesiánica.
Divídese el libro en un Prólogo, que relata el llamamiento del profeta (caps. 1-3), y tres partes principales. La primera (caps. 4-24) comprende las profecías acerca de la ruina de Jerusalén; la segunda (caps. 25-32), el castigo de los pueblos enemigos de Judá; la tercera (caps. 33-48), la restauración.
"Es notable la última sección del profeta (40-48) en que nos describe en forma verdaderamente geométrica la restauración de Israel después del cautiverio: el Templo, la ciudad, sus arrabales y la tierra toda de Palestina repartida por igual entre las doce tribus" (Nácar-Colunga).
Las profecías de Ezequiel descuellan por la riqueza de alegorías, imágenes y acciones simbólicas de tal manera, que S. Jerónimo las llama "mar de la palabra divina" y "laberinto de los secretos de Dios".
Ezequiel, según tradición judía, murió mártir.
Esta Semana Santa nos ha servido para homenajear y recordar a personas muy queridas en el deambular de la Red de Internet como son Maite Mainé y Raphaël Marí, David Zaafra, Luis Javier Garrido, María Guardia "Mariquilla", Inma Alvarez Carmona, Agustín de la Poza, Antonio Bergalo, Juan Manuel Miñarro, Paqui Ruiz, Fermi y Dani "Torito", etc.
Un abrazo para todas y todos.