Ha pasado ya casi una semana desde la helada que asoló a Rioja Alta y Alavesa el día 28 de abril, San Prudencio, patrón de Álava. Un santo nacido en Armentia, al lado de Vitoria, que pasó varios años en Calahorra y acabó enterrado, por capricho equino, muy cerca de Logroño, en el monte Laturce en Clavijo. A San Prudencio se le ha dicho siempre el santo ‘meón’ y es que no hay año que no llueva en estas fechas. Pero esta vez San Prudencio en vez de agua nos ha traído hielo y hay que esperar que esto no ocurra a menudo y que no tengamos que cambiar el apodo afectuoso al santo. Desde el mismo día de la helada muchas han sido las conjeturas sobre si en los viñedos en los que la helada ha causado mayor destrucción se va a coger o no uva y, en caso que así sea, cuál será su calidad. A mi parecer, la cosa pinta mal.
via sotavento.typepad.com